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Karina Nicholson

Entre el cielo y la Tierra

Galería Juan Manuel Cedeño 

Las Bóvedas, Plaza de Francia, Casco Antiguo

Del 28 de febrero al 15 de marzo

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    Entre el cielo y la tierra

    En el convulsionado mundo del arte del Siglo XXI, cuando el imperio de la imagen se construye sin tamices críticos y se difunde sin filtro curatorial desde las redes sociales, da gusto descubrir que existe una “tendencia” internacional por redimensionar la figuración y revisitar la academia.  En este sentido grandes artistas como los argentinos Ricardo Celma  y Alejandro Rosemberg han proyectado el interés por el oficio, demostrando que es posible acercar el sentido tradicional de la mímesis en la pintura, a la cultura y la vida contemporánea. 

     

    Discípula de ambos Maestros, Karina Nicholson ha dirigido su atención hacia el óleo y el arte figurativo, y sin pretensiones, ha desarrollado su obra tras el objetivo principal de pintar bien. En ese ejercicio diario y disciplinado, en el que también recibió la orientación del Maestro Iván Delgado, ha prestado particular importancia a los rostros humanos, al drapeado tradicional de las telas y a paisajes con celajes dramáticos y profundos, altamente contrastados. Bajo estas intensiones fundamentales, su producción se teje entre tres líneas temáticas principales: el arte sacro, la fantasía y el costumbrismo. 

     

    “Entre el Cielo y la Tierra”, la segunda exhibición individual de la artista, establece un diálogo entre sus trabajos santorales y sus pinturas costumbristas. De hecho, hemos escogido la cuaresma para situar esta muestra en el calendario, acentuando esa relación emocional que se vive tradicionalmente en Panamá, al salir de los carnavales para encontrarnos con las Semana Santa. 

     

    Desde sus primeros trabajos, Nicholson ha dedicado su talento a la devoción de su fé, pintando advocaciones marianas y de Cristo, respetando los elementos principales de sus imaginarios, pero otorgándoles su sello personal, generalmente relacionado con la expresividad y el mestizaje de sus rostros. Pero también, se ha interesado en captar las tradiciones folklóricas de Panamá, principalmente las que están vinculadas con la fiesta del Corpus Cristi en Azuero. Sus personajes suelen ser muy jóvenes. En ocasiones sus modelos son sus propios hijos, y aunque extrema en el detalle de la indumentaria tradicional que visten, es la dulce candidez de sus expresiones lo más cautivante de estas pinturas.

     

    Otro aspecto interesante de estas obras, es la inclusión de elementos de fantasía o de humor en sus escenas. Y no podría ser de otra manera, puesto que su pasión por la ilustración victoriana ha sido una de las mayores influencias de su trabajo. Ese delirio por la fantasía se extiende en ocasiones al diseño de los fondos de sus obras, y sin duda al amplio acervo de sus pinturas de fantasía, de las cuales hemos incluido algunas, para explicar mejor las intensiones de esta artista.

     

    Los invitamos a conocer el universo de Karina Nicholson, afable pero profundo; inocente y franco, pero también congruente, consistente y seguro.

     

    Reinier Rodríguez Ferguson - Curador 

     

    Karina Nicholson

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